Uno de los temas de mayor discusión en las organizaciones, de cualquier giro y tamaño, es relacionado al liderazgo. A lo largo del mundo del Desarrollo Organizacional nos hemos encontrado con altos mandos de las compañías preocupados e inclusive en algunas ocasiones frustrados por no encontrar la fórmula mágica o la mejor estrategia para desarrollar a su equipo de líderes y llevarlos a un nivel óptimo que les permita lograr los objetivos organizacionales.
Sin embargo, por otro lado, también existen compañías que dedican su tiempo y recursos a temas de rentabilidad y productividad, y muy poco al desarrollo de las personas. Las estadísticas nos dicen que solo el 19% de las empresas en México cuenta con sucesores preparados para asumir las posiciones críticas de liderazgo. Las principales causas, para esta “apatía” empresarial son la falta de tiempo, la falta de recursos, la falta de preocupación por la fuga de talentos o definitivamente porque no es un tema prioritario. Algunas empresas perciben al liderazgo más como un tema filosófico que de habilidades.
Un adecuado liderazgo es vital para la supervivencia de cualquier organización, por lo que deben invertir tiempo a desarrollar a sus líderes, quienes si ejercen su rol eficientemente llevarán a la compañía a la excelencia operacional, ya que serán ellos quienes estén facultados para enfrentar los retos que se presenten, y desarrollarán el talento de las siguientes generaciones.
Dentro de los principales efectos de un buen liderazgo se encuentran: una alta productividad, permanencia del personal, desarrollo y entrenamiento, eficientes canales de comunicación y un agradable clima laboral que se permea a toda la organización.
Al tener colaboradores a tu cargo, tu principal tarea es obtener lo mejor de ellos, potencializar sus habilidades, proporcionarles guía y dirección para que se alineen hacia una misma meta y bajo una misma filosofía de trabajo.
Recordemos que “La función del liderazgo es crear más líderes, no más seguidores”. Para lograr lo anterior, puedes apoyarte de diferentes modelos de liderazgo, el cual debes adaptar e implementar basado en las necesidades de tu compañía.
Es importante realizar un autodiagnóstico de cómo estoy ejerciendo al día de hoy mi liderazgo, si el estilo es el adecuado, qué debo mejorar y qué debo mantener. De igual forma, es importante identificar el nivel de madurez de nuestros equipos, para adaptar mi estilo de acuerdo a cada colaborador, recuerda que uno de los grandes errores en la administración de personal, es tratar a todos por igual.
Una completa base teórica sobre los fundamentos del liderazgo no implica necesariamente una correcta aplicación de los mismos. Ni siquiera una larga trayectoria profesional garantiza una dirección efectiva, he aquí la importancia de generar una estrategia robusta para lograr un liderazgo de alto desempeño.
Brenda Simental. Especialista en administración del talento.